Historia del fabricante de juguetes Florido
Muñecas Florido (1917-1975) nace a principios del siglo XX, en el contexto de la creciente demanda de juguetes para niñas de familias adineradas que, debido a las dificultades de importación derivadas de la Primera Guerra Mundial, no podían adquirirlos de otros países europeos, surgió en el barrio de Chueca uno de los negocios más prósperos de la industria juguetera madrileña: Muñecas Florido. Esta empresa, que suministraba juguetes a los bazares más selectos de la ciudad, abrió inicialmente sus puertas en la calle Augusto Figueroa, pero pronto se trasladó a la calle Regueros, donde permaneció hasta 1975.
José Florido García, nacido en Málaga en 1885 en el seno de una familia acomodada, vivió una infancia de la que se conocen pocos detalles, salvo que tras la muerte de su padre, la familia cayó en una situación económica precaria. Esta situación llevó a José y a sus dos hermanas, Clotilde y Mariana, a formar un trío de danza española que se presentó en cafés de todo el mundo. Tras regresar a España con una buena fortuna gracias a su carrera en el espectáculo, Don José inauguró en 1917 la primera Casa de Muñecas Florido en el número 42 de la calle Augusto Figueroa, trasladando el taller en 1928, junto a su residencia, a la calle Regueros número 5.
Curiosamente, su hermana Clotilde era propietaria de la casa de modas Max, ubicada en la calle Bárbara de Braganza número 10, un lugar frecuentado por mujeres de la alta sociedad madrileña, lo que garantizó una valiosa red de contactos para la venta de las muñecas. La década de 1920 fue especialmente próspera para el emprendedor Florido, quien no solo vendía sus productos en bazares como La Unión (C/ Mayor, 1), el Bazar X (C/ Carretas) o el Bazar León (C/ Fuencarral, 80), donde incluso desarrolló una línea exclusiva de muñecas, sino también en la tómbola que gestionaba en el Parque de Recreos de la Ciudad Lineal, en la calle Arturo Soria.
Aunque el catálogo de Florido ofrecía una amplia variedad de muñecas, ninguna alcanzó la popularidad de Mariquita Pérez, la muñeca más deseada por las niñas de los años 40 y 50. Creada por Leonor Coello Portugal y María Pilar Luca de Tena, una de las claves de su éxito fue el esmerado diseño de su vestuario. Bajo el lema «La muñeca que se viste como una niña», Mariquita Pérez contaba con un extenso guardarropa que incluía vestidos, abrigos, zapatos, calcetines, delantales, sombreros, y una gran variedad de complementos.
Las primeras versiones de Mariquita Pérez estaban hechas de cartón piedra, con pelucas de cabello natural, ojos fijos de cristal, cejas y pestañas superiores pintadas a mano, boca cerrada y articulaciones en la cabeza, brazos y piernas. Vestían un delantal a rayas rojas y blancas, un diseño que se convirtió en el emblema de la marca y se reproducía en las cajas, bolsas e incluso en el interior de los baúles. Llevaban lazos en el pelo de la misma tela y zapatillas de esparto a juego. A pesar de su elevado precio de 85 pesetas, considerado muy alto para la época, la muñeca se agotó rápidamente.
Localización: Madrid
España
Fundación: 1917
Cierre: 1975